Los orígenes de la mafia en Italia son difusos. Algunos los ubican en el siglo XII cuando se fundaron sociedades secretas que intentaban combatir el avance del Sacro Imperio romano y otros advierten en el término alguna raíz de origen árabe. Pero lo cierto es que más allá de las interpretaciones históricas fue en 1866, en Sicilia, cuando un cónsul británico habló de la mafia como el grupo que “se repartía el sueldo de los trabajadores, tenía trato con los marginados y ponía a los malhechores bajo su protección”.