"Conocía demasiado esos crímenes de Europa, cuya obscenidad y odiosa pornografía habían mostrado al mundo por primera vez en 1945 que todo era mentira, y habían dado crudo testimonio de la implacable dualidad, de la separación total, tan sabiamente disimulada durante siglos, de Europa respecto de su hermoso relato." Romain Gary, Europa
LOS OTROS Y NOSOTROS
Desde hace más de dos décadas Francia atraviesa una de las crisis de identidad más importantes desde la Guerra de Argelia. Motivada por el avance migratorio proveniente del mundo islámico, hebreo o latinoamericano y el surgimiento de un falso nacionalismo basado en la xenofobia y el odio hacia todo lo que se presenta como opositor al ser nacional francés, buena parte de la población encontró en el discurso de Jean Marie Le-Pen (líder del ultraderechista FN –Frente Nacional) una voz con la cual identificarse.
Con los años, quien supiera ser esposo de Brigitte Bardot, se alejó poco a poco del escenario político y desde el año 2000 fue su hija quien tomó la posta del partido manteniendo la inalterable esencia nazi y que tiene como principal centro de debate ponerle un fin al avance de cualquier elemento extranjero dado que, según su discurso, quienes lo componen no son dignos de compartir el honorable pasado ni el presente promisorio del país.
Desde entonces numerosos grupos de jóvenes que deambulaban por la vida cual zombies ideológicos pasaron a formar parte de diferentes cuadrillas o escuadrones callejeros que, bajo la forma de Skinheads o radicales violentos, fueron funcionales al trabajo sucio que necesitaba el FN y con el cual llevó a cabo un “modus operandi” que caracterizó su política.La historia de Marco (protagonista de Un francais) encuadra perfectamente en la realidad de estos grupos sociales desviados y, a partir de esa pertenencia, el director desarrolla una trama que no solo logra visibilizar la aberración política que supone la ultraderecha sino dejar expuestas las condiciones en las que viven aquellos que se creen superiores al resto de los ciudadanos y que no son otra cosa que las víctimas anónimas de un sistema que los excluye de la misma forma que ellos lo hacen con quienes no consideran franceses.
Dia tras día Marco y sus amigos (Grand-Guy y Marvin) recorren las calles de París buscando víctimas sobre las cuales desplegar todo su odio y ejecutar la violencia que les acarrea el complejo de inferioridad que padecen y que simulan a la perfección bajo el manto de pertenencia que les supone trabajar “para el bien de Francia”. Así, en su recorrido golpean a ancianos musulmanes, humillan a transeúntes con rasgos de migrantes y molestan a quienes ellos consideran un enemigo o blanco digno para eliminar.
Una noche, mientras Marco y sus amigos se encuentran en un antro bailando al ritmo de una banda skin son abordados por un grupo de punks que no tienen ningún reparo en abrir el fuego y acribillar a Grand-Guy y dejar paralítico a Marvin. Marco logra salir ileso de la situación pero, luego de un paso por la comisaría para declarar lo vivido, cae preso de un ataque de pánico, lo cual lo obliga a ingresar en una farmacia para pedir ayuda. El farmacéutico lo atiende y al ver que está atravesando un ataque de ansiedad le da un medicamento para que se relaje y puede llegar a su casa.
En ese momento, cuando el protagonista logra superar la crisis y llegar sano y salvo, el espectador recibe la información necesaria que lo ayuda a comprender la causa de la actitud violenta y desafiante de Marco, quien convive casi hacinado con sus padres (borracho él y enferma terminal ella) y una amiga que no respeta ninguna regla ética, moral o de convivencia.
Sin embargo, teniendo en cuenta la desgracia acaecida con sus amigos, Marco decide buscar algún trabajo y consigue ingresar como custodio en una exclusiva disco parisina, pero allí sufrirá una nueva muestra de violencia y, al prohibirle la entrada a dos hombres de origen africano, uno de ellos lo apuñala en el abdomen dejándolo casi al borde de la muerte. Cuando es ingresado en el sanatorio recibe la visita del farmacéutico que lo había ayudado a pasar el trance panicoso y le informa que está allí porque cuando vino la ambulancia él habría pedido que lo llamaran (y allí se hace un quiebre importante ya que desde entonces Marco comienza a experimentar signos de humanización al oír el mensaje del farmacéutico quien en poco tiempo se transforma en su líder espiritual y hacedor del futuro cambio de conducta del joven).
A medida que Marco se va interiorizando de las charlas con el farmacéutico y a descubrir un mundo que hasta entonces se le aparecía negado, comienza a replantearse y a ver con otros ojos la realidad que lo circunda aunque, lamentablemente, con su ingreso como miembro del Frente Nacional vivirá un romance con la sobrina del líder regional del partido, quien, detrás de una diáfana belleza y gran simpatía esconde una nazi que se alegra con la muerte de un inmigrante, siente una gran felicidad cuando se aplican las normas de extranjería o cuando les niegan a el acceso a los derechos que sí tiene el resto de la población francesa.
La presencia de esa mujer significará tanto en su vida, a punto tal de que, cuando lo traiciona y queda expuesto a lo más bajo y doloroso que puede soportar un hombre, Marco tendrá la posibilidad de reinventarse y resucitar como el ave fénix aunque, claro está, dicha transformación implica tener que resignar a muchos aspectos preciados de su vida entre los que se encuentra, por sobre el resto, el amor de su propia hija.
EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO
"Nada es blanco o negro; el blanco es a menudo negro que se esconde, y el negro es algunas veces blanco al que han engañado. Todavía no estaba seguro de si iba a estar con la policía o con los terroristas. Ya decidiría más tarde, cuando llegara el momento." Romain Gary, La vida ante sí
Marco muere y renace tantas veces como su karma se lo permite. A diferencia de muchos de los amigos con los que golpeaba, molestaba y torturaba gente por la calle, el joven avanza en dirección contraria a aquellos y con muertes, golpes y reveces (que dejarían sin aliento a cualquier otro) sale fortificado y con ello se aleja cada vez más de los fantasmas de un pasado que pareciera inexorable.
Pero en ese sentido, la película deja en claro que Marco no evoluciona solo sino que lo hace acompañado por contexto humano que a modo iniciático le imprime diferentes pensamientos y valores, los cuales él recoge, procesa e incorpora a su nuevo proyecto de vida. Así, en un lapso de cinco años (el mismo que pasa sin ver a su hija) logra trabajar como repositor en un supermercado, asiste a la agonía de su mejor amigo destruido por los efectos de la heroína y acompaña al féretro de su madre -quien en la más absoluta soledad y las inclemencias del clima- es enterrada con su única presencia como testigo de la grandeza de aquella vida pequeña vida.
Sin embargo, el momento en que el protagonista deja en claro que nada tiene que ver con aquel joven violento, xenófobo y latente asesino es cuando muchos años después, se cruza bajo uno de los puentes del Sena con su ex amigo Marvin quien para a esas alturas y, postrado en una silla de ruedas, se ha transformado en un flamante legislador del FN.
Ambos se vuelven a encontrar cara a cara frente a una fila de inmigrantes que esperan por un plato de comida de la olla popular organizada por los trabajadores del supermercado pero Marco, a diferencia de su amigo (que asistió con cámaras para poder filmar el acto filantrópico e intentar limpiar la mala reputación del partido), lo hace promovido desde la convicción y el don de buena gente que le inculcaron sus compañeros de trabajo y que son parte de la causa que su renovación como hombre y que nada tiene que ver con el que algún día supo ser.
El cambio psicológico que Marco expone frente a la pantalla y a lo largo de lo que dura el proceso de transformación es realmente asombroso y adquiere entidad suficiente para despegarse del resto de la historia. Con este film, el cineasta Diasteme logra darle vida a un héroe anónimo, de esos que como muchos otros individuos, logran sobreponerse a los designios de un destino que parecía inevitable y que demuestran que más allá de los contextos, las influencias o los condicionantes, la verdadera esencia no se puede eludir y siempre, por más complejo que sea el panorama, acaba imponiéndose aunque sea a base de sufrimiento y aceptación de aquello que se escapa a la órbita de lo previsible.
Un francais es una verdadera gema dentro del nuevo cine francés. Con un universo filosófico que bordea cuestiones políticas, ideológicas y culturales, el film logra exponer la actual realidad de Francia y el inminente avance del FN como tercera fuerza política pese a desplegar un discurso cada vez más fascista y más violento.
Para ello Diasteme demuestra no sólo un compromiso ideológico claro sino una gran valentía ya que, no demuestra ningún prurito en mencionar los nombres y apellidos de los responsables de las tristes vidas de los jóvenes que integran las filas del partido reparando de alguna manera el acto de injusticia sobre la masa multietnica que, de modo inevitable, los padece a diario.
Una pieza indispensable para entender de que manera funciona el modélico estado francés, considerado desde hace años el ejemplo a seguir por Occidente y que demuestra una doble cara "tan sabiamente disimulada durante siglos respecto de su hermoso relato”.
UN FRANCAIS (SANGRE FRANCESA) Dirección y Guión: Diasteme, Elenco: Alban Lenoir, Paul Hamy, Samuel Jouy, Patrick Pineau (98´-Color). Este film forma parte de la Competencia oficial del French Film Fesival 2016 en la sección In Your face.