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16 Mar
16Mar

De los cuatro episodios que componen Bocaccio 70, el de Vittorio de Sica es uno de los más dinámicos, entretenidos y cargados de color. En “La Rifa”, el maestro del neorrealismo italiano se traslada a Nápoles (la ciudad donde pasó su infancia) para contar la historia de Zoe (Sofía Loren) una bellísima joven que vive con su hermana a punto de parir y su cuñado, en una casa rodante ubicada en el mismo espacio de la kermés en la cual trabaja, acomodando los globos sobre los cuales los pueblerinos prueban su puntería.

La joven, inmersa en un mundo que parece no ofrecerle posibilidades de progreso, detesta la vida en su pueblo y sueña con viajar a Roma (la “ciudad fina” como ella la llama) con la idea de enamorar a algún millonario que la rescate de la miserable vida que parece le ha tocado vivir. Su cuñado, un hombre analfabeto y con muy pocas luces, solventa a su hermana con lo que saca de la venta de billetes de lotería.

Teniendo en cuenta la desesperante miseria en la que viven, le propondrá a Zoe que se preste a pasar una noche con quien resulte ganador del sorteo millonario, así se pueden alzar con un importante porcentaje del premio. La joven acepta, pero lo que no sabe es que cuando el sorteo se realice, su situación habrá cambiado, no en el aspecto económico (que es el mismo a lo largo de la historia) sino en el aspecto amoroso.

Siguiendo los más estrictos cánones del estilo De Sica, la película está teñida por una visión netamente costumbrista, dejando al descubierto las virtudes y los defectos del pueblo de Lugo, una minúscula población napolitana (recordemos que una de las características principales del neorrealismo italiano es la de incorporar gente del público a la historia) que se mueve la mayor parte del tiempo en grupo (como símbolo de identidad colectiva) en contraposición a Zoe, quien se desnuda ante el ojo del espectador como la unica que da muestras de individualismo, ya que sólo ella es la que sueña con mudarse a Roma (a diferencia del resto).

Un elemento digno de destacar, es el papel fundamental que juega el dinero en esta historia. Muchas de las escenas están condicionadas por un móvil económico (por ejemplo, su hermana, al enterarse que ella se marchará se descompone, no como una muestra de amor sino por que si eso sucede, se quedarían sin el principal sostén de la familia) a tal punto que hasta en la música se hace referencia al papel del dinero (el film arranca con una voz femenina cantando “plata, plata, plata…” en ritmo de cha –cha – cha, canción que repetirá Sofía Loren, en todo momento, a lo largo de los 50 minutos del film).

Como la mayor parte de la historia transcurre en exteriores y el único interior que puede verse es el living montado dentro de la casa rodante en la que vive Zoe, podemos decir que el elemento escenográfico es uno de los aspectos que quizás, menos desarrollo alcancen en el film, no impidiendo en absoluto (sino todo lo contrario) que se llegue a comprender lo que De Sica quiere transmitir.

En cuanto a la técnica, el director se valió de decenas de planos recursos, para ilustrar el modo de vida rural del pueblo de Lugo (al inicio se ven primeros planos de cerdos gritando frente a cámara, gallos parpadeando y enarbolando sus crestas o los toros tratando de ser aprehendidos por los campesinos). Otra toma que es muy significativa del modo de vivir napolitano es la de la procesión en la cual el pueblo acompaña a la Virgen en el recorrido por la ciudad, y las ancianas (con sus mantillas negras) se asoman a los balcones y contemplan el espectáculo, como quien ve pasar la imagen del mismo redentor (recordemos que el napolitano es uno de los pueblos más religiosos de Italia).

A diferencia de los otros films que componen el Bocaccio 70 (donde se muestran distintos aspectos de la vida romana) De Sica se abstrae de esa convención y decide contar las penurias y peripecias de quienes durante aquellos años (en este caso los napolitanos) quedaron fuera del proceso de modernización que tuvo a Roma como epicentro de la convulsionada década del sesenta. Este film forma parte de Bocaccio 70, el trabajo que Vittorio de Sica compartió junto a Mario Monicelli, Federico Fellini y Lucchino Visconti en 1962.

 BOCACCIO 70 (1962, Italia). Directores: Mario Monicelli, Federico Fellini, Lucchino Visconti y Vittorio de Sica. Elenco: Sofía Loren 

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