En la década del sesenta la Nouvelle Vague mostraba en pantalla las vicisitudes de la juventud de la época, burguesa, abrumada, anodina y con una angustia existencial provocada seguramente a consecuencia de la alta dosis de existencialismo que caracterizaron a aquellos años. Pero como bien se sabe los tiempos cambian y el llamado nuevo cine francés (en oposición a aquel que ya entró en los anales del clasicismo) ya no cuenta las peripecias de jóvenes abrumados por el dinero sino todo lo contrario.
El neoliberalismo de las últimas décadas dejó como herencia la aparición de sociedades complejas, desiguales, exclusivas y con diferencias que, analizadas desde una perspectiva marxista, no hacen más que fomentar la tan mentada lucha de clases, con todo lo que ella conlleva. Con ese contexto como marco de la Francia actual Emma Benestan sitúa la historia de Belle Gueule.
En el cortometraje la directora cuenta la historia de Sophie, una adolescente que habita en alguna playa de la costa francesa y que, a consecuencia de la falta de oportunidades, vende buñuelos bajo las inclemencias del sol y la presión de su padre.Pero lo cierto es que, independientemente del trabajo que a diario debe realizar para subsistir, la vida de Sophie no es fácil y se complica aún más cuando un día, en un salón de videojuegos, conoce a un joven parisino que está pasando sus vacaciones junto a un grupo de amigos, de un nivel socio-económico muy diferente al suyo.
A partir de ese momento ambos desarrollan una simpatía mutua y Sophie intenta por todos los medios evitar cruzarlo en la playa para que no descubra su verdadera ocupación. De esa forma, y por un corto tiempo, la joven comienza una relación con él pero basada en el engaño y el ocultamiento de su verdadera condición y realidad social.
El film expone una problemática que, más allá de plantear una historia de encuentros y desencuentros amorosos deja en evidencia la realidad actual de un país que agranda cada vez más la brecha social y las cuestiones de otredad, que no sólo se supedita a la población migrante sino que en los últimos años se trasladó hacia la misma población de franceses nativos (perfeccionando una lógica en la que el otro ya no es el que posee rasgos diferentes sino, además, el que menos tiene).
Belle Gueule es un interesante cortometraje, que expone una historia común pero que, a modo de denuncia, visibiliza la actual realidad social de Francia, la cual aparece bastante alejada de aquellos principios de libertad, igualdad y fraternidad promovidos durante el Iluminismo y que desembocaron en la Revolución Francesa. El tono realista del corto –sumado a la traumática relación amorosa adolescente- invita a reflexionar sobre las diferencias sociales, el mundo de las apariencias y de cómo ambas terminan determinando las conductas humanas.
BELLE GUEULE (FRANCIA, 2015) Dirección: Emma Benestan, Elenco: Oulaya Amamra, Samir Guesmi, Ilian Bergala. (Duración: 25´-Color). Este film forma parte del French Film Festival 2016 y compite dentro de la categoría Women´s Tales.