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07 Oct
07Oct

"Si cuando tocaba en la Trastienda o en bares porteños me hubieran dicho que algún día iba a estar acá no lo hubiera creído o.. me hubiera muerto de miedo" dice Drexler enfundado en un sencillo equipo blanco, unas zapatillas urbanas y una barba y cabello que acusan el paso de los años. Minutos antes de exclamar esa frase y comenzar su show asombró al público con uno de los actos más generosos que vi en los tantos conciertos a los que alguna vez asistí: cuando Calequi y las panteras (banda soporte encabezada por un argentino y un simpático dúo de españolas) habían terminado su mini-concierto arengando al público a valentonarse con música, Drexler salió sin el vestuario con el que luego daría el espectáculo y no sólo relató la historia de la banda sino que, además, pidió un aplauso e invitó al público presente a que asista al concierto que darán en el Konex como presentación oficial en el país.

Pero lo cierto es que esa generosidad no asombra en lo más mínimo. Quienes siguen su carrera y disfrutaron de sus discos durante más de dos décadas saben que es uno de esos personajes adorables que empatizan, enternecen y que dicen las cosas más bellas y horrorosas del peligro de "ser humanos" con un tono que encanta e invita a querer escucharlo siempre que la aceleración de la vida urbana con sus vicisitudes lo permita. En ese sentido, nadie se atrevería a negar que el uruguayo es uno de los grandes trovadores que diera sudamérica en el fin de siglo y que, quizás por su talento compositor y de intérprete inconfundible, logró conquistar el público de ese heterogéneo bloque llamado "Hispanoamérica". (Y que sabe muy bien cómo agasajarlo)

 Los primeros acordes apenas pisó el escenario fueron los de un par de canciones del nuevo disco Tinta y tiempo en el que, fiel a su estilo, pone en canciones temas de elevada profundidad como el origen del hombre, la influencia de los algoritmos en la vida moderna, el real sentido del amor ("No busquen la media naranja.. nadie está por la mitad.. todos estamos completitos" dice mientras reflexiona entre canción y canción) y la importancia de seguir siendo un hombre sensible al que sólo dos elementos -como la tinta para escribir y el tiempo para llevarlo a cabo- parecen ser la clave de la felicidad o al menos lo que más se le parece. 

A pedido de su público fiel en un momento se colocó en la punta del escenario y con su guitarra a cuestas se sentó en el piso, se cruzó de piernas y comenzó a interpetar un medley con los grandes clásicos de su carrera como Sea, La leyenda del moro judío, Transeúntes, Don de fluir, Eco, Salvapantallas, Todo se transforma, Me haces bien y otros tantos con los que el público se emocionó, cantó y le renovo los votos de afecto y admiración como lo vienen haciendo desde hace años.

Luego de ese emotivo bloque musical siguió repasando su carrera pero a través de reversiones que llamaron la atención por la originalidad tales como Silencio, Movimiento, Inoportuna, Bolivia y Transoceánico, todos hits que hicieron bailar al público y hacerles vivir una verdadera fiesta en uno de los estadios más grandes de la Ciudad de Buenos Aires que perece una verdadera joya oculta en medio del tráfico y la locura de la Avenida Corrientes.

Comparto aquí algunas de las imágenes del concierto:

Con una escenografía minimalista, un juego de luces sencillo y dos pantallas gigantes el cantante regaló una experiencia inolvidable a todos sus fieles seguidores.

Con un estadio repleto Drexler vivió una de las noches más emocionantes de toda su carrera, según sus propias palabras al finalizar el concierto. 

La sencillez y profunidad de sus canciones lo vuelven un cantante imprescindible a la hora de pensar la música latinoamericana. 

Juegos luminosos y de formas geométricas en la parodia del culto que le hacen los humanos a los algoritmos. El avance de la modernidad y sus efectos es uno de los temas que más lo inspiran a la hora de hacer canciones. ¿Quiénes somos y adónde vamos en este mundo cada vez más rodeado  tecnología y cada vez mas incomunicados o carentes de los verdaderos valores que todo individuo necesita para ser feliz?

Uno de los elementos que llamó la atención es que no hubo artistas invitados que lo acompañaran en la velada (algo realmente sorprendente teniendo en cuenta la cantidad de duetos que grabó a lo largo de su carerra con artistas nacionales e incluso de otros géneros musicales) y quizás esa podría ser la única crítica negativa que se podría hacer del espectáculo. Igualmente, de más está decir que ello  no opacó bajo ningún aspecto el nivel del recital y que, de igual modo, logró poner al público en comunión sonora con su ineludible figura  y su reconocido repertorio.

JORGE DREXLER (y su banda)

Movistar Arena Buenos Aires

Fecha del concierto 6/10/2023

Calificación: Excelente

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