La relación asimétrica alumno-profesor ha sido uno de los tópicos mas usados por la cinematografía mundial. Desde aquel maestro lacrimógeno encarnado por Sidney Poitiers en Al maestro con cariño o la recta y severa Madame Suzatszka de Shirley Mc Lanne, el cine se nutrió de amores, odios, rencores y pasiones desplegadas por maestros y alumnos en diferentes situaciones y espacios sociológicos alrededor del globo.
Pero cuando la historia se centra entre dos mujeres, con una de ellas adolescente en pleno desarrollo de su identidad sexual y una profesora que, además de ser muy erudita en literatura universal, tiene uno de los rostros y una de las actitudes mas sensuales que haya dado el cine francés en los últimos años, la combinación resulta explosiva.Raphaelle es una joven que asiste a un colegio parisino y que cursa el año de preparatoria para el ingreso a la universidad.
Mientras convive con su novio y se rodea de amigos del colegio, la joven mantiene en secreto una cualidad que al inicio de la trama no ha develado aún al resto: escribe novelas y aún no se sintió preparada para mostrarlas al mundo o dejarlas en manos de expertos para que la sometan a análisis y la posterior crítica. Si bien hasta entonces sus días pasaban en normal tranquilidad, la llegada de una nueva profesora de literatura la hace salir de la zona de confort y decide dejarle su escrito para que ella la lea y le dé su opinión.
Pero lo cierto es que, a medida que se van conociendo y compartiendo las clases, Raphaelle comienza a sentir una extraña atracción hacia la docente, la cual le es difícil de identificar, ya que se da cuenta que no solo se trata de una admiración por sus conocimientos y profesionalismo sino que esos sentimientos le surgen cuando la ve fuera del ámbito escolar y la profesora se muestra en su costado más humano, ya sea fumando en un banco de plaza o bebiendo una cerveza mientras baila de modo sensual una noche que coinciden en un bar de París.
La confusión que le producen a Raphaelle esos sentimientos que jamás antes había experimentado, sirven de excusa para iniciar un debate acerca de cuán compleja es la relación entre alumnos y profesores, además de identificar cuánta fantasía despliega la misma ya sea que se trate de cualquiera de los dos que componen el binomio en cuestión. Por ello, Extrasystole es un corto interesante, con una estética fiel a la cinematografía francesa actual y con un ritmo que mantiene vivas las ganas de llegar hasta el final (algo que no sucede frecuentemente en producciones galas y las nuevas generaciones parecen estar revirtiendo).
Un pequeño cuento de cómo cuando la relación de mando o de autoridad (aún cuando no importe sumisión o intervención estatal) supone una asimetría y un aparente estado de desigualdad, la mente humana se aferra a infinitas posibilidades que le permitan hacer de la experiencia, un trance menos traumático y complejo.
EXTRASYSTOLE (Francia-2013) Dirección: Alice Douard, Elenco: Mathilde Poymiro, Laetitia Dosch, Claire Barrault, Pablo Zucker, Guión: Alice Douard (35´-Color).