El 17 de diciembre pasado la llama votiva que encendió a una de las más grandes actrices de Iberoamérica, se apagó de repente. Quien portaba ese fuego alimentado a base de talento y deseo era ni más ni menos que Marisa Paredes, la mujer que no sólo le puso el cuerpo a los personajes más recordados y adorables de la cinematografia en español sino que, además, supo llevar a su país a ocupar un sitio de privilegio en la historia del cine para siempre (fue miembro honorífico de la Academia de Cine de España)
Hija de padres de clase media (siempre recordaba que llegó a ser una estrella siendo la "hija de la portera") en su juventud comenzó a hacer teatro vocacional y, desde entonces, nunca más se detuvo hasta convertirse en una verdadera leyenda. A lo largo de su extensa y prolífica carrera actuó en mas de 100 films (aunque son los que filmó para Pedro Almodóvar y Arturo Ripstein los que más la hicieron conocida mundialmente) y realizó numerosas intervenciones en televisión y teatro. Desde sus inicios fue una mujer comprometida con las diferentes causas en las que creía necesario participar y defender (defensa de los derechos de las minorías, de los derechos sexuales, del derecho a la libertad de expresión y el derecho a un ambiente sano para toda la humanidad) y por ello se transformó rápidamente en uno de los mayores referentes culturales de España en los últimos cuarenta años.
Su desaparición física significa una enorme pérdida no sólo para el mundo del cine que la vió nacer (y al que aún tenía mucho para dar) sino porque se va en un momento en el que los referentes culturales escasean dejando un vacío que sólo se podrá llenar evocándola a través de sus palabras o de los cientos de personajes a los que les prestó el cuerpo y alma en el celuloide.
Aquí les comparto diez de sus films más inolvidables:
ENTRE TINIEBLAS, Pedro Almodóvar (1984)
Si bien allí no realiza un papel protagónico en la trama, su Sor Estiércol se alza como una pata fundamental en el memorable trío que encarnó junto a Chus Lampreave y Carmen Maura. Su personaje es el de una mujer que por problemas de adicciones se internó en un convento y allí busca cualquier ocasión para tomar ácidos y vivir una realidad que la aleje de los problemas que en realidad la aquejan. En su reclusión encuentra a una colega de adicciones, la Madre Superiora encarnada por Julieta Serrano quien no solo es adicta a la heroína sino que también lidia con una homosexualidad no asumida, la cual interará aflorar en todo momento y ante el más mínimo estilo que provenga de una mujer. Si bien el papel que realiza Paredes en la pieza puede resultar menor, no deja de ser importante ya que le implicó trabajar de un modo exhaustivo los textos y las acciones salidas de un guión totalmente kitsch y virado hacia un hiperrealismo extremo, poco visto en producciones de la época.
TRAS EL CRISTAL, Agustí Villaronga (1987)
Considerada una cinta de culto "injustamente olvidada" la ópera prima del director catalán Agustín Villaronga es, además, un interesante thriller policial con elementos de Film Noir (géneros no muy explorados por el cine español de entonces). Allí Marisa interpretó a la esposa de un médico de esos que más tienen de parecido a Mengele que a los de un salvador, logrando darle al personaje una serie de matices que le permitieron demostrar la versatilidad que tenía como artista y la cantidad de registros que podía mostrar frente a cámara. Años despues, comentó que luego de haber elaborado aquel papel supo que estaba preparada para enfrentar cualquier proyecto que le propusieran, algo que supo demostrar perfectamente en las propuestas que protagonizó después de aquella experiencia.
TACONES LEJANOS, Pedro Almodóvar (1991)
Cuando fue convocada para el papel de Becky del Páramo por Pedro Almodóvar jamás imaginó que con él alcanzaría la fama y el reconocimiento mundial. Allí interpretó a una diva de la canción popular hispanoamericana y madre abandónica que regresa a Madrid luego de más de veinte años de gira mundial y se reencuentra con su atribulada hija Rebecca (una de las más grandes interpretaciones que haya hecho Victoria Abril en toda su carrera). A partir de ese momento ambas deberán reconstruir un pasado cargado de rencores, culpas y reproches pero lo cierto es que algunos detalles ocurridos en los últimos años de la vida de Rebecca hacen que la experiencia tambalee dejándolas frente a frente y obligándolas a decidir cuánto están dispuestas a ceder y a dar la una por la otra.
LA FLOR DE MI SECRETO, Pedro Almodóvar (1995)
Para muchos críticos el papel de Leo, una escritora de novela rosa que publica bajo el seudónimo de Amanda Gris y que está rota por la separación de su esposo, es uno de los más importantes que realizó con el director manchego. En dicha interpretación supo ponerle el cuerpo a una mujer que de un día para el otro es abandonada por el que suponía el amor de su vida y, a partir de allí, pierde el gusto y el placer por la escritura. Es entonces cuando sobreviene el problema con la editorial que la contrató ya que le piden que acabe una novela para la cual firmó un contrato millonario y que la podría dejar en la ruina si no lo cumple. Filmada totalmente en Madrid, la película cuenta con una de las escenas más emblemáticas de la filmografía de Almodóvar que es aquella en la que en mitad de la noche atraviesa junto a Juan Echanove la Plaza Mayor totalmente vacía y el le regala un baile improvisado logrando emocionarla hasta las lágrimas.
PROFUNDO CARMESÍ, Arturo Ripstein (1997)
Después de Luis Buñuel, Ripstein ha sido el cineasta más prolífico de México. Con una prolífica carrera y una serie de películas basadas en grandes obras de la literatura latinoamericana, en 1997 convocó a Marisa para que interpretara a una solterona desgraciada que es seducida por un fasrsante que, junto a su amante, buscan mujeres para hacerse de sus fortunas y luego asesinarlas. El personaje le dió la posibilidad de trabajar la psicología de una mujer de pocas luces y que termina envuelta por las pormesas de Daniel Giménez Caco quien la seduce para luego acabar con ella del mismo modo que lo hace a lo largo de toda la trama. La historia original está basada en hechos verídicos que sucedieron en México en la década del 30.
LA VIDA ES BELLA, Roberto Benigni (1997)
En el ya considerado un film clásico de la cinematografía italiana Marisa interpretó a la madre de Dora (interpretada por Nicoletta Braschi) alcanzando un rol de los principales en la trama. El film está situado en 1939 en Italia (el mismo año que comienza la Segunda Guerra Mundial) y cuenta el derrotero que sufren la familia de Dora y Guido (Reoberto Benigni) hasta ser deportados en los campos de Auschwitz donde luego de ser separados deberán encontrar razones para sobrevivir y cumplir la ilusión de volver a estar juntos.
EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA, Arturo Ripstein (1997)
Segunda intervención que hizo para el cineasta mexicano, en El coronel no tiene quien le escriba (del escritor colombiano Gabriel García Márquez) interpretó a la abnegada esposa del coronel que todos los martes asiste al puerto vestido para la ocasión a la espera de que llegue el ansiado telegrama que anuncie su jubilación. Lo interesante de la trama es que ambos personajes se van hundiendo en una decadencia psíquica y moral que parece no tener fin y que encuentra en la letanía de la espera un modo de perfeccionarse. El film es uno de los más importantes de la cinematografía en habla hispana y el papel que interpretó Marisa uno de los elementos que más se destacan y que lo vuelven una verdadera obra de arte.
TODO SOBRE MI MADRE, Pedro Almodóvar (1999)
En 1999 se puso bajo la piel de Uma Rojo, una actriz que está en Barcelona interpretando "Un tranvía llamado deseo" de Tennesse Williams y allí pasará a formar parte de una historia de búsqueda y reconciliación que transita Manuela (Cecilia Roth) tras la muerte accidental de su hijo en Madrid unos meses antes. Si bien toda su interpretación en el film es magnífica, una de las escenas que los amantes del cine de Almodóvar inmortalizaron es la que se da una charla entre Manuela (Roth), la Agrado (Antonia San Juan interpretando a una travesti) la hermana Rosa (Penélope Cruz) y ella, en la cual entre risas y copas terminan confesando que hace tiempo no tienen relaciones sexuales.
EL ESPINAZO DEL DIABLO, Guillermo Del Toro (2001)
En la pieza de suspenso y terror ambientada en la Guerra Civil Española Marisa interpreta a Carmen, la directora de un orfanato al cual llegan niños huérfanos hijos de republicanos que murieron en el frente de batalla. Pero su personaje va mucho más allá del de una simple directora con aires de institutriz ya que esconde la capacidad de guardar oro proveniente de donaciones que luego van a sostener al ejército republicano y su presencia en el frente contra los Franquistas. Cargado de compromiso y portador de férreas convicciones, el personaje que allí despliega es inevitable que no se lo compare con muchos aspectos de su vida personal en la que dedicó sus intervenciones mediáticas para adherir a causas, pensar la realidad del momento o bien para criticar aquello que le parecía negativo y que aislan a los pueblos de un ideal de igualdad y libertad bien entendida.
LA PIEL QUE HABITO, Pedro Almodovar (2011)
El papel de Marilia que realizó en este film debe haber sido uno de los mayores desafíos de su carrera. Inspirado en el Igor de Frakenstein y con algunos toques siniestros que evocan a la ama de llaves de Viridiana de Buñuel, allí le puso el cuerpo a una misteriosa gobernanta que asiste a un médico con tendencias homicidas (Antonio Banderas) y que tiene secuestrada en su casa a una mujer con la que está experimentando ilegalmente. El film es uno de los más perfectos del director manchego y a ella le permitió a jugar con matices actorales que dejaran en claro los devaneos psíquicos de la extraña mujer quien, con el discrurrir de la trama, parece ocultar mucho más de lo que muestra y esconde una serie de cualidades que la podrían convertir en la verdadera protagonista de la historia.
Entrevista a Marisa Paredes en Late Show con Marc Giró (2024)