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30 Sep
30Sep

“Es que La Isla es un territorio verdadero y a la vez metafórico, una síntesis del país y la civilización, del progreso y la injusticia. Una expresión concentrada del esfuerzo humano por superar las adversidades. Hay que estar lejos de mucha gente, para estar cerca de esas montañas, de ese mar, de esos hielos y lagos. Y construir una vida allí. Esta es la cartografía humana, el relato de la mítica y enigmática historia de Tierra del Fuego, con sus particulares protagonistas y epopeyas. La isla extrema, el fin del mundo, bello y brutal confín de paradojas” 

Con esas palabras el director y guionista Rubén Plataneo llevó a cabo Isla de fuegos, un preciosista relato documental donde, a partir de un juego de palabras entre la región geográfica y los “fueguitos” de los que alguna vez habló Eduardo Galeano reconstruye un mapa humano de Tierra del Fuego y de quienes, a lo largo de la historia, cargaron de memoria el lugar. 

Así es como luego de ganar el concurso “Héroes del Bicentenario” organizado por el INCAA, Plataneo comienza su historia de modo cronológico y elige como punto inicial a los antiguos pobladores selknams quienes fueron extinguidos por la sed de capitalismo y destrucción que asoló a la Argentina de mediados del S. XIX y que tuvo a los ingleses como principales responsables de aquella extinción. Para ese segmento el director suma una serie de relatos de antropólogos y arqueólogos, entre los que se destaca el de la francesa Anne Chapman quien convivió con los últimos sobrevivientes selknams y de quien,dicen, fue la única mujer en asistir al último ritual del Hain. 

Luego de rememorar en pantalla el genocidio cometido contra aquella población originaria, la cámara se centra en algunos relatos del siglo XX ocurridos en la región y que, según su mirada, valen la pena ser exhibidos. De ese modo aparecen los testimonios de trabajadores petroleros, los primeros movimientos piqueteros con sus muertos locales y la palabra de dos trabajadoras de la Cooperativa RENACER, la cual se creó para salvaguardar la fuente laboral de ciento de trabajadores pertenecientes a la quebrada Aurora Grundig, líder en la fabricación de electrodomésticos. 

También el recuerdo del famoso penal de Ushuaia forma parte de la evocación temporal construida por Plataneo. La cárcel del fin del mundo, tal como la conocían los argentinos de las primeras décadas del siglo XX, fue el lugar de residencia de los delincuentes más famosos (siendo Sanchez Godino, alias el “Petiso orejudo” el más emblemático) y uno de los espacios que jugó un rol político decisivo en el cambio de las políticas criminales durante el gobierno de Juan Domingo Perón. 

De ese modo, motivado por aquellos seres que saben fueguinos (o fueguitos) y que forjaron la historia de Tierra del Fuego, Plataneo logra un relato sólido que le permite - como si se tratara del panóptico del antiguo penal de Ushuaia- mostrar la diversidad y la evolución una de aquel espacio, el cual se supone una de las historias regionales más ricas y poco visibilizadas.

ISLA DE FUEGOS (2012, Argentina) Dirección y guión: Rubén Plataneo, Idea original, narración y producción: Bernardo Veksler, Cámara, guión y voz en off: Roberto Plataneo (48´-Color)

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