No es novedad que el cine de Hollywood signifique un cine menor para aquellos que se consideran eruditos en la materia. Se cree que desde allí se promueven piezas con contenidos poco profundos y que pocas veces dejan una enseñanza o ponen al público en un lugar crítico y de librepensamiento.
Lo cierto es que cuando en el universo fílmico aparece alguna película con una propuesta interesante o con intenciones de movilizar al espectador sumiéndolo en situaciones que llaman a la reflexión y a la revalorización de ciertas cuestiones relacionadas con el ser, la vida, la política o el pensamiento en general, aparece el prejuicio como punta del iceberg y genera un sinfín de juicios de valor dudando de la capacidad de los directores hollywoodenses para meterse en aguas profundas.
Ese fue el caso que sufrió V de Vendetta, una película basada en el cómic de Alan Moore y David Lloyd y que tiene como protagonista a un romántico personaje que debajo de una máscara que recubre y preserva su identidad promueve la abolición de los sistemas políticos tradicionales y exalta valores de autodeterminación los cuales lo identifican con muchos de los movimientos anarquistas llevados a cabo a lo largo de la historia.
En la adaptación cinematográfica (escrita por los talentosos hermanos Vachovsky, creadores de Matrix) el director James McTeigue modifica sustancialmente la historia de V (tal es el nombre del personaje enmascarado) y cuenta con ella, y a partir de él, una fábula urbana llena de sentido político y con una exaltación de los valores mas profundos del hombre, los cuales como consecuencia de los procesos de desarrollo de la sociedad de consumo, propaganda política, uso del aparato estatal y la inminente globalización cada vez tienen menos cabida y sumen a la comunidad internacional en la clara decadencia que queda al descubierto en la modernidad.
La historia propone una sociedad distópica (transcurre en el 2015 y la idea original del cómic es de la década del ochenta) en la cual Inglaterra ha quedado sumida bajo las órdenes de un gobierno fascista y se encuentra pagando las consecuencias de un ataque bacteriológico que mató a un centenar de alumnos en una escuela primaria y, si bien no se muestra explícitamente, subyace la idea de que fuera del casco en el cual suceden los hechos que se cuentan, existe una guerra nuclear que se encuentra destruyendo poblaciones enteras.
Ante esa situación dictatorial y violatoria de los derechos mas inherentes del ser humano (declarados luego de la Revolución francesa) V aparece como si se tratara de un superhéroe de Marvel y, amparado en la máscara de hombre sonriente, comienza una serie de atentados que tienen por finalidad restituir el orden alterado y devolverle al pueblo una forma política más justa y equilibrada que se supone, por oposición al régimen dictatorial imperante, no se trata de una democracia sino de la autodeterminación de los individuos sin necesidad de tener una clase política dominante: lo cual en términos de política no es ni más ni menos que la implementación de la anarquía.
Pero en la empresa de restituir el orden y alcanzar la venganza de aquellos que lo obligaron a tener que ocultar su rostro (causa que se desprende a lo largo de la trama y que es mucho más macabra y siniestra que la dictadura que sufre el pueblo inglés) conocerá a Evey, una joven productora de televisión (claramente inspirada en la BBC londinense) que por su compleja historia familiar se transformará en la mejor aliada para ayudarlo en el arduo camino de la vendetta.
La película tiene muchos aciertos: por un lado la figura de un héroe enmascarado siempre genera una gran atracción en el público (pensemos en Batman, Gatúbela, el llanero solitario, Spyderman, el Capitán América) y ayudan para que la trama adquiera un suspenso especial ya que se supone, sobre el final, la chica (generalmente es una chica o algún policía con cara de buen hombre) quitará la máscara con una música sentimental de fondo, dejando al descubierto la verdadera cara del enmascarado. Y por el otro, el crear un superhéroe que lucha por la aplicación de una ideología en tiempos en que no son los ideales los que mandan sino los intereses económicos (causa fundamental, según V, para que se legitimen las tiranías en el poder).
En cuanto a las actuaciones, la gran estrella del film es Nathalie Portman quien demuestra un gran camino recorrido (desde aquella emotiva y díscola niña de El Profesional, junto a Jean Reno) y una gran habilidad para hacer personajes con cargas emocionales complejas (como se la pudo ver años después de V de Vendetta en la premiada El Cisne negro). El otro papel sobre el cual hay que echar luz es sobre el de Stephen Rea (el secuestrador del IRA en la recordada El juego de las lágrimas) quien con sus dotes interpretativas le pone la piel a un personaje controvertido e interesante a la vez y que, sobre el final de la película, termina siendo el que, por su condición, legitima el plan organizado por V.
El resto de aciertos (aunque en menor grado a los antes mencionados) son los efectos especiales que suceden en varias de las escenas en las que V lleva a cabo su sistemático plan de venganza. Además, quienes sean amantes de las películas de espadachines asistirán a una pieza de nivel en ese aspecto. El otro elemento digno de destacar es la musicalización ideada por Dario Marianelli y que, junto a la brillante dirección de arte, son los dos elementos más importantes a la hora de perfeccionar el relato.
Por todo ello V de vendetta es una historia interesante y entretenida a la vez. Una buena muestra de que se puede transmitir un mensaje con un concepto profundo (resumido genialmente en la frase “Nadie debería asustarse del gobierno. Es el gobierno el que debería asustarse de la gente”) y con ella despierta al espectador que inevitablemente es ciudadano y que, en muchas ocasiones, ya sea por desinterés o por no ver afectados sus intereses personales, delega todo el poder en un grupo de políticos que desde las medidas que adoptan como administradores del Estado, influyen en sus vidas mucho más de lo que ellos creen (El planteo de pueblo como cómplice de las aberraciones políticas que suceden vale por sí misma que vean el film).
V DE VENDETTA (2006, Reino Unido), Warner Bros. Dirección: James McTeigue, Guión: Hermanos Vachovsky, Elenco: Nathalie Portman, Hugo Weaven, Stephen Rea, John Hurt, Stephen Frie, Rupert Graves, Sinead Cusack, Fotografía: Adrian Biddle, Musicalización: Dario Marianelli. (Duración: 132´,Color)