"Este libro es lo más parecido a una autobiografía fragmentada, incompleta y un poco críptica. Con todo, creo que el lector acabará obteniendo la máxima información de mí como cineasta, como fabulador (como escritor) y del modo en que mi vida hace que una cosa y las otras se entremezclen"
En 2019 Pedro Almodóvar estrenó su película número veintiuno bajo el título Dolor y Gloria y allí contó la historia de Salvador Mallo, un cineasta sesentón con varios problemas de salud y al que se la ha vuelto casi imposible seguir filmando. A partir de ese conflicto existencial (para muchos quizás no lo sea, pero para un cineasta el no poder filmar, sí lo es) y con el correr de la trama, el espectador acaba descubriendo que el Salvador de la historia en realidad es él y que su pelo canoso, los afiches de los años 80 y esa nostalgia que arrastra fotograma tras fotograma no habla sino de lo que le está sucediendo en ese momento, ya con su madre recientemente desaparecida y con una serie de patologías que lo alejaron de los sets durante un largo tiempo.
Así es como, entre muchas otras referencias a su propia vida, el film muestra que en sus años de infancia en Castilla la Mancha había demostrado una aficción a inventar historias y contarlas a los demás para que lo oyeran como si se tratara de un verdadero rapsoda griego (e incluso su madre, interpretada idealmente por Penélope Cruz, en algún momento de la trama le retruca: “Salvador tu problema es que eres muy fantasioso” ) dejando en evidencia que las cualidades para convertirse luego en un gran cineasta venían con él a modo de don.
Si bien a lo largo de su carrera publicó algunos de sus guiones, hacía treinta y un años que no publicaba una obra especialmente escrita tal como lo hizo con Pathy Diphusa en los años 90 y publicada por Anagrama, en la cual contaba las vicisitudes y placeres de una actriz de fotonovelas porno en la caótica Madrid de los años del destape. Por ello, la aparición de esta nueva antología inédita significó una enorme sorpresa no sólo por lo inesperado sino, además, porque permite conectar con un costado suyo menos conocida – pero no por eso, menor- y que deja en evidencia su gran capacidad para crear, reconocer, reciclar y plasmar historias en la pantalla grande.
El último sueño está estructurado sobre la base de una serie de relatos que fueron recopilados (y hasta incluso, en algunos casos, salvados de terminar en la basura) a lo largo de todos los años de carrera del director y en diferentes momentos históricos y coyunturales tanto de España como del mundo. Escritos de manera ecléctica y sin respetar las reglas de un género preciso, en cada uno de ellos queda perfectamente claro cuáles fueron los temas, las obsesiones y las influencias que forjaron a Almodóvar como artista y de cómo posibilitaron que se convierta, de manera inequívoca, en el hombre que mejor supo contar la mentalidad del pueblo español.
Entre los relatos breves atraviesa temáticas tales como el escrito original de La Visita (que luego sería la inspiración para La mala educación) una historia de amor homosexual entre un actor y director de cine en los años ochenta en Madrid, un cuento de vampiros, un interesante ejercicio intertextual entre Juana la Loca y la Bella durmiente, dos semblanzas de personajes muy queridos (uno en el que evoca los últimos días de su madre y los preparatorios previos al momento de su muerte y, el otro, en el cual se despide de su inefable amiga Chavela Vargas desaparecida a poco tiempo de iniciar el escrito) un divertido monólogo de una actriz de fotonovela porno -con mucho aire a Pathy Diphusa y la Agrado de Todo sobre mi madre- y otros dos en los que explica cómo supo transformar en arte aquellas filias y fobias que la sociedad de fines del siglo XX e inicios del XXI les legaron a la humanidad toda.
Sin embargo, de todos los relatos que forman parte de la antología uno de ellos merece una mención especial: Vida y muerte de Miguel, donde relata el trayecto de vida de un personaje desde el nacimiento hasta su muerte alterando el tiempo cronológico en el cual transcurre la acción y obligando al lector a que participe de una experiencia de lectura diferente (al estilo planteado por Alejo Carpentier en su vanguardista cuento Viaje a la semilla de 1944 y que le valió al escritor el ingreso por la puerta grande al mundo de las letras hispanoamericanas)
Por todo lo expuesto, El último sueño de Pedro Almodóvar es una obra más que interesante para todos aquellos que sean aficionados a las lecturas de cine, para los que deseen profundizar aún más en el universo almodovariano y, también, para los que quieran documentarse de buenos maestros de guion ya que, en cada uno de ellos y como no podía ser de otra forma, su visión cinematográfica se impone dejando traslucir secretos, consejos (sin proponérselo) o cuestiones ineludibles que todo buen aspirante a guionista o cineasta sabrá incorporar y atesorar en su experiencia.
Les comparto un pequeño fragmento de la obra:
"Durante veinte años la busqué en sus escenarios habituales y, desde que la encontré en el diminuto backstage de la madrileña Sala Caracol, llevo otros veinte años despidiéndome de ella, hasta esta larguísima despedida, bajo el sol abrasivo del agosto madrileño.
Chavela Vargas hizo del abandono y la desolación una catedral en la que cabíamos todos y de la que se salía reconciliada con los propios errores y dispuestos a seguir cometiéndolos e intentar de nuevo. El gran escritor Carlos Monsivais dijo: "Chavela Vargas ha sabido expresar la desolación de las rancheras con la radical desnudez del blues".
Según el mismo escritor, al prescindir del mariachi, Chavela elminó el carácter festivo de las rancheras mostrando toda su desnudez el dolor y la derrota de sus letras"
Pedro Almodóvar: El último sueño
2023- España
Reservoir Books - Penguin Random House Grupo Editorial
Pags: 199
ISBN 978-987818967