"Estoy realmente feliz esta noche. Yo soy un bohemio, Amador. Ahora sólo falta ser profesional…"
El barrio de Lapa es el escenario elegido por el director brasileño Karim Ainouz para desplegar la historia de Joao Francisco Dos Santos, uno de los personajes marginales más emblemáticos de Brasil y que, por los años treinta, supo trascender las fronteras de su pueblo hasta transformarse en un mito popular. Para contar esta increíble historia, Ainouz se basó en las leyendas y anécdotas que hicieron circular durante años todas aquellas personas que conocieron a este controvertido personaje, y a partir de ellas, realizó un exhaustivo trabajo de reconstrucción histórica para luego plasmarlo en el cuidadoso guión que finalmente le da forma a esta maravillosa pieza.
La historia de Joao Francisco Dos Santos se remonta a los inicios de la década del treinta, en una favela de Lapa, una de las mas peligrosas del país. Allí él vive con siete niños adoptados y comparte su casa con un travesti mulato y una mujer que encontró, gracias a su amistad, un refugio indicado para criar a su pequeña hija luego de quedarse sin casa en un barrio humilde de Rio de Janeiro.
Pero la vida de Joao no sólo se conforma de momentos en familia. Por las noches trabaja en un burdel de su barrio (en el cual es vestuarista de una famosa cantante de boleros devenida en figura decadente) y allí aprovecha para relacionarse con los estratos más bajos de una sociedad que da rienda suelta - en ese cabaret de mala muerte – a los más bajos instintos de la condición humana. Así es como mientras él imita a la artista que asiste con la ropa, se dedica a traficar drogas, a trabar amistad con maleantes y a probar los cuerpos de cuanto hombre se le pone adelante, sin importarle los riesgos que tales deseos pudieran acarrearle.
De esa forma, a medida que se desarrolla la historia, el espectador va descubriendo las virtudes y las bajezas de un hombre que parece haber venido a este mundo para experimentar la vida de una manera intensa y sin ningun temor a perderla en una de las tantas balaceras que, a diario, suceden en ese sórdido ambiente en el cual se mueve.
Asimismo, el director aprovecha el marco social que le da la historia, para exponer el afán de este personaje por convertirse en un famoso cantante y asi, poder plantearse una vida mejor, lejos de la inmundicia a la que está condenado y de la cual no parece existir otra salida, más que la de dejar este mundo enfundado en un cajón de muertos (en una de las escenas, incluso se lo escucha cantar: “Cuando yo muera no quiero velas ni llanto, quiero un lazo amarillo con su nombre escrito. Si existe el alma, si hay otra encarnación, quisiera una mulata bailando en mi cajón”).
La película es una pieza de un gran nivel, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de la ópera prima del director, quien ya había acostumbrado al público brasilero con dos cortos titulados: Opreso (de 1992) y Paixao Nacional (1994). El trabajo actoral alcanzado por el elenco, en su totalidad, es realmente magistral, con especial énfasis en el de Lázaro Ramos, quien le pone el cuerpo y las emociones a un personaje que no es para nada fácil de interpretar y que él logra componer a la perfección, imprimiéndole una gran dosis de verosimilitud.
Entre los elementos fílmicos que se destacan, sobresalen sin lugar a dudas la excelente dirección de fotografía a cargo de Walter Carvalho (quien logra imágenes que demuestran un minucioso trabajo de composición) y la dirección de arte bajo la órbita de Marcos Pedroso, dada la rigurosidad con la que supo reconstruir los ambientes de la época, tanto en la elección de las locaciones, como en la selección del material fílmico que se usó como imágenes recurso.
En definitiva, Madame Sata es una pieza más que recomendable, con una historia muy interesante y plagada de buenos momentos musicales, que emulan una de las décadas más prolíficas en el mundo del romanticismo y el bolero. Sin dudas, un film que ayuda a desentrañar la delicada situación por la que atraviesan ciertos sectores de la sociedad brasileña y que, sobre el final, invita a la reflexión acerca de que posibilidades reales de cambio tienen aquellos que les ha tocado en suerte (o en desgracia) nacer en uno de los ambientes menos aptos para satisfacer las necesidades básicas a las que aspira cualquier ser humano.
MADAME SATA (2005, Brasil-Francia) Dirección: Karim Hainouz, Elenco: Lázaro Ramos y Renata Sorrah, Producción: Walter Salles, Dirección de Fotografía: Walter Carvalho (98 minutos, Color)