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08 May
08May

La India, como cualquier otro país milenario tiene sobre sus espaldas el enorme  peso de la historia. Desde tiempos inmemoriales hasta la actual situación – que por momentos parace suspendida en el tiempo respecto de la dirección en la que van las sociedades modernas- fue uno de los países más enigmáticos, controvertidos e incluso injustos de esa porción del continente asiático.Pero por suerte, dentro de ese acervo negativo que parece sufrir como nación ha sabido dar grandes artistas, literatos y pensadores que intentaron iluminar algo de esa oscuridad en la que parece estar sumida la cultura hindú. 

Y uno de ellos fue el controvertido escritor Salman Rushdie. Desde muy joven tuvo una mirada muy crítica acerca de los procesos que vivió su país y acerca de los gobernantes que tomaban las decisiones en el mismo.Si bien muchos identifican sus obras dentro de lo que llaman “realismo mágico hindú” en analogía con el realismo mágico latinoamericano, después de la escritura de LOS HIJOS DE LA MEDIANOCHE, el autor se inmiscuyó en temas directamente relacionados con la política de la India e incluso con los regímenes de otros países. 

Así es como con la publicación de LOS VERSOS SATANICOS (obra prohibida en casi todos los países islámicos por decreto del Ayatola Jomeini por considerarlo una ofensa a la figura de Mahoma) debió exiliarse en Londres y permaneció prácticamente en cautiverio dado que los servicios de inteligencia del mosaico musulmán pidieron la pena capital por la grave ofensa ofrendada al que ellos consideran el mayor profeta del mundo islámico).

En LOS HIJOS DE LA MEDIANOCHE, fiel al estilo de Rushdie la historia se presenta como una novela romántica que cuenta con una voz en off la instalación de una familia acomodada en la década del 40 donde un médico inglés contrae matrimonio con una joven de una familia tradicional hindú y comienzan a contar, cual génesis bíblico, la historia de esa descendencia pero teniendo en cuenta siempre el marco histórico que subyace de fondo que no es otro que el del proceso de gestación de la independencia de la India con la consecuente división de Pakistán.

Esa voz masculina que narra es la de Saleem, un joven que luego de presentada la historia se irá descubriendo como personaje puesto que nació en la misma noche de la Independencia de la India, la cual según la creencia hindú se dice que todos los niños nacidos desde la medianoche hasta el amaneces tienen caracteres especiales tanto de sensibilidad como de potencial para cambiar los destinos del país. 

Pero lo cierto es que en el caso de Saleem la suerte es otra, ya que si bien nació de una madre mendiga y un músico callejero, por decisión de una enfermera que le cambia la pulsera por la de otro niño, lo conmina a una vida de lujos con unos padres millonarios muy distintos a los suyos.

Así es como la decisión de la enfermera no sólo genera un cambio en el destino de Saleem sino también en el de Shiva, quien en realidad fue engendrado por una familia millonaria y termina viviendo en la mendicidad junto a su padre y sin la madre ya que ésta muere en el parto. A partir de ese momento la suerte de ambos niños está echada y los destinos de la India como país también (es realmente genial la interpretación metafórica que puede hacerse entre la vida de los niños y el desarrollo del país en un período que se extiende en la historia hasta 1975, año en que se da la liberación definitiva como estado autónomo)

La historia de Rushdie es más que interesante por varios aspectos. En primer lugar, el film deja al descubierto ante los ojos de occidente muchas de las costumbres ancestrales que forman parte de la cultura hindú y que se ven traducidas en los lazos familiares, el rol de la mujer en el mundo oriental, la igualdad y las desigualdades promovidas por la disparidad de castas que existen en el país, el deber de entrega que se exige a los ciudadanos en virtud del doble mandato político y religioso que implican esas sociedades y las cuestiones referidas al honor, la fidelidad y la vergüenza, todos basados en valores de esa cultura y que ya empiezan a contrastar con un mundo externo que está dejando entrever la ruptura de ciertas estructuras que van quedando obsoletas.

En segundo lugar, dada la cantidad de detalles y las excelentes descripciones de épocas, procesos y contiendas que se ven, la película resulta casi un documental ficcionalizado acerca del período que comprende las casi seis décadas que abarcan desde 1917 hasta  1975 año de la independencia definitiva y separación de Pakistán como estado autónomo.

 Pero en medio de todo ese proceso  genialmente contado por Rushdie y magistralmente filmado por Deepa Mehta  pasa la vida de Saleem quien termina como un cuadro que exhibe los trazos y las pinceladas que dejaron en su historia los duros momentos por los que atravesó el país, y que lejos lo deja de aquel jovencito millonario como aparece al principio de la trama.Como sucede en todo film de origen hindú (y aún más si éste está  basado en una pieza literaria de un autor como Rushdie) la historia acaba con una moraleja o enseñanza, que en el caso de esta trama emociona si se tiene en cuenta que lo que le sucede a Saleem no es ni más ni menos que lo que le sucedió a miles de hindúes que quedaron invisibilizados y jamás se conocerá de sus penurias.

Por todo ello LOS HIJOS DE LA MEDIANOCHE es un film digno de ver y de atesorar como una pieza de gran nivel dentro del cine oriental. La superproducción que implicó filmarla (puesto que se rodó en varias ciudades de la India e incluso de Pakistán) y la cantidad de actores que debieron usar para las escenas que ilustran multitudes o enfrentamientos no llegan a opacar al relevante trabajo actoral de los protagonistas quienes demuestran no sólo un gran desenvolvimiento expresivo sino un gran conocimiento del momento que están encarnando. 

Una pieza para ver, aprender, emocionarse y para correr los velos de la ignorancia y los prejuicios  que tenemos quienes habitamos este lado del planeta sobre  uno de los países que mayores controversias e interpretaciones libres recibe oscureciendo, lamentablemente, el brillo de su verdadera esencia.

MIDNIGHT´S CHILDREN (2013, India-Canadá), Dirección: Deepa Mehta, Elenco: Satya Bhabha, Rajat Kapoor, Vansh Bhardwaj, Anupam Kher, Shabana Azmi, Música: Nitin Sauwney, Dirección de arte: Tahir Mahmood (146´-Color)

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