Luego de las dos piezas anteriores en las cuales las historias fueron protagonizadas por hombres, Chan Wook Park llegó a la conclusión de que la mejor forma de cerrar la Trilogía de la Venganza era contando una historia que tuviera como protagonista a una mujer y que ésta obrara inmersa en un mundo femenino , valiéndose se las cuestiones más instintivas e inherentes que caracterizan al género.
De esa forma y tomando como base esos lineamientos surgió Sympathy for Lady Vengeance, un interesante thriller de suspenso, cargado de imágenes increíbles y musicalizadas como pocas veces se ha visto en otras producciones del cine oriental.
Lee Geum Ja es una joven que estuvo encarcelada durante trece años purgando una condena por el secuestro y muerte de un niño coreano, hecho que en realidad ella nunca cometió y que el verdadero asesino le atribuyó para salvarse de la cárcel. Durante esos años de encierro, la joven no solo soñó con el día en que se produjera su liberación sino que, además, influenciada por el instinto de supervivencia que tuvo que desarrollar en prisión, planeó con gran minuciosidad la forma en que llevaría a cabo su venganza, la cual no tiene otro objetivo que acabar con el hombre que la obligó a que se declare culpable de aquel terrible homicidio jamás cometido por ella.
Al salir de la prisión se reencuentra con algunas de las amigas ex convictas y, con ayuda de ellas, logra el apoyo necesario para poder reinsertarse en la sociedad que sigue viéndola como la brutal asesina que se alzó con la vida de un niño inocente. Así es como una vez instalada en un pequeño apartamento y con un trabajo efectivo como ayudante en una pastelería, la joven comenzará a andar un camino bifurcado que la llevará a reencontrarse con su hija por un lado (la cual le había sido arrebatada al momento de su detención) y por el otro, a cumplir con la venganza.
Pero lo cierto es que antes de comenzar con el maquiavélico plan de la venganza, antes deberá viajar a los Estados Unidos para recuperar el amor de su hija, quien desde hace trece años vive de forma adoptiva con un matrimonio que la ha educado en el modo de vida americano, algo totalmente diferente a la cultura a la que deberá someterse cuando su madre la regresa a la Corea natal.
Cuando se produce el encuentro entra ambas, al principio, la niña se rehúsa a hablar con ella, pero luego, con el correr de los días, comienza a creer en las palabras de su madre y decide regresar con ella a su país de origen para intentar reconstruir la vida que desde hace tantos años aquel traidor asesino le impidió que compartieran juntas.
Y finalmente, con la cuestión de su familia recompuesta, Lee Geum Ja comienza a perpetrar la venganza que durante tantos años ideó y elaboró en su atormentada psiquis. Como primer paso, convoca a todos los padres a los que el asesino les mató a sus hijos y, para ponerlos de su lado, les proyecta algunos de los videos que este sádico hombre filmaba minutos antes de quitarles la vida.
El paso siguiente es el secuestro del asesino (que no es otro que el maestro de jardín de infantes que algunos años antes vivió una irresistible pasión con ella) y su posterior alojamiento en una casa perdida en el medio del bosque, a la cual irán pasando cada uno de los padres de los niños muertos y tendrán el espacio de un minuto para hacer con él lo que dispongan, pero con la condición de que no deberán matarlo, ya que el tiro de gracia del final está reservado para Lee Geum Ja, quien se convertirá con él, en la Señorita Venganza de la que habla el film.
Con esta película, Chan Wook Park no solo completa la Trilogía de la Venganza, sino que además, con ella logra la pieza de mayor calidad dentro de su carrera. Además, la combinación entre thriller policial y fábula urbana que eligió para contar la historia, se alza como un interesante binomio pocas veces visto en producciones de este tipo. Otro de los elementos que hacen de ella una obra maestra, sin lugar a dudas, es el adecuado uso de la elipsis, puesta sobre todo en las escenas de violencia extrema y a las que el director acompaña con excelentes composiciones que forman la excelentemente lograda banda de sonido.
Respecto de las actuaciones, la de Lee Yeong- Ae es la que logra brillar con luz propia sobre las de las demás, aunque también es digno destacar la labor de Chao Min-Sik, quien interpreta al profesor asesino (luego descolló con su interpretación protagónica en Old Boy , también del mismo director)
En definitiva, Simpathy for Lady Vengeance es una propuesta más que interesante. Una buena oportunidad para terminar de descubrir la trilogía de uno de los directores más influyentes de los últimos tiempos y disfrutar de sus escenas genialmente compuestas, que en varias ocasiones, parecen salidas de algunas de las obras más importantes de la pintura universal.