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22 Mar
22Mar

Año 1971 en la ciudad de Perpignan. Juan López, un español que emigró hasta allí buscando nuevos horizontes para él y su familia, ya lleva algunos años afincado en esa localidad del sur de Francia y en poco tiempo, ha alcanzado la meta soñada por muchos: acceder a un puesto jerárquico en una importante fábrica de muñecas.

Pero lo cierto es que, más allá de lo que demuestran las apariencias, su vida real no se condice con la aparente felicidad en la que los demás creen que vive. Juan López, en realidad, lejos de ser un buen marido y un padre ejemplar, es un cínico golpeador que somete a su esposa a las denigraciones más bajas y que no repara en amenazar con matarla si ella no accede a las órdenes que él le imparte. Entre insultos, vejaciones y malos tratos de todo tipo, la relación entre ambos se irá alejando cada vez más del ideal de matrimonio perfecto, para convertirse en un vínculo sostenido únicamente por el miedo y el temor que infunde el hombre en forma abusiva, sobre la débil psicología de su esposa.

Y será la aparición de Josette Aguilar (una joven española) la que oficie de bisagra para que el enfermizo personaje se decida a acabar con la vida de su mujer. Así es como, haciendo uso de su poder y verbigracia, López comenzará una relación con ella, en la que luego de asegurarse el enganche sexual, logra convencerla de que asesinar a su esposa, sería la mejor muestra de amor que ella podría darle. A partir de allí, ambos comenzarán un siniestro y metódico trabajo de investigación para encontrar una forma de aniquilamiento que deje la menor cantidad de evidencias a los ojos de los investigadores y que les asegure poder cobrar el millonario seguro de vida que contrataron un tiempo atrás.

Es por eso que, durante algún tiempo y luego del horario laboral, estos amantes se encontrarán a escondidas y comenzarán a leer novelas policiales, cuentos de suspenso e incluso hasta ver algunas joyas del cine negro francés, con la única finalidad de instruírse sobre las formas del buen matar, como si se tratase de los personajes de un film de Hitchcock.

Una vez analizadas todas las variantes letales posibles, finalmente se deciden por la asfixia como la más eficaz, rápida y menos traumática para la víctima. De esa forma,planean llevar a cabo el crimen para el fin de semana próximo, aprovechando que López dejará Perpignan, simulando un viaje repentino a Barcelona por razones estrictamente laborales. Llegado el día del crimen, la joven (vestida de hombre) ingresa en la casa de su amante, y aguardará la noche para sorprender a la víctima mientras duerme.

Pero un hecho inesperado provoca que la joven no pueda llevar a cabo el homicidio, siendo identificada por la víctima, y puesta inmediatamente a disposición de la policía francesa, de igual forma en que lo harán al día siguiente con López, cuando éste llegue a la casa fingiendo un normal regreso y sea interceptado por los agentes de seguridad, quienes están al tanto del macabro plan.

Los amantes fueron enjuiciados según las leyes francesas y el veredicto final arrojó una sentencia condenatoria en ambos casos, debiendo cumplir cinco años de prisión ella y diez años él. Pero López, a los pocos años se escapó de la cárcel,lo cual produjo que las autoridades francesas decidieran su traslado a la cárcel de Segovia, en la que finalmente murió en uno de los enfrentamientos policiales más famosos de los últimos años, conocido como “La fuga de Segovia”.

En un principio, este capítulo iba a ser realizado por Bigas Luna (quien supo descollar con sus piezas fantásticas y algo surrealistas) pero por una imposibilidad de éste, acabó en manos de Rafael Moleón, un nobel realizador que para entonces ya había dirigido Baton Rouge (con el Almodovariano trío Banderas-Maura-Abril) y Shangai Lili, dos películas de gran éxito en la España de fines de los ochenta.

Según cuenta Pedro Costa, este es uno de los capítulos más atípicos de la serie, ya que es el menos antiguo (recordemos que la mayoría transcurren en las décadas del 30, 40 y 50) y además, es el único en el que no hay crimen, dado que éste no llega a consumarse, dejando a la sobreviviente en condiciones de poder contar los hechos en primera persona, lo cual ya la distingue del resto, en las cuales las historias debieron ser reconstruidas en base a archivos y testimonios de algunos de los familiares o conocidos de las víctimas.

La inclusión de este caso dentro de la serie surgío a consecuencia de que el mismo Costa descubriera en él, algunos aspectos que hacían único al personaje de Juan López. El hecho de que este psicópata se encontrara inmerso en un mundo netamente femenino (recordemos que su vida transcurría en una fábrica de muñecas, y luego pasaba sus ratos libres entre su esposa y su amante) hace que sea casi imposible que, a los ojos del espectador, no aparezca como un personaje de ficción ideado por Agatha Christie o Sherlock Holmes.

Además, la figura de la amante que en nombre del inmenso amor que le profesa a Lopez acepta transformarse en una fría asesina, no es un dato menor, ya que la mirada del público, paradójicamente, lejos de juzgarla como una criminal, logra identificarla como una víctima más del enfermizo personaje(no es casualidad que una de las escenas más conmovedoras sea justamente la del diálogo final antes de cometer el crimen, en la que Josette le pide a López que si algo falla y van presos, aclare que la única razón que ella tuvo para cometer el crimen fue la inmensa pasión que sentía por él).

Si bien las actuaciones fueron parejas y dejan entrever un buen trabajo de dirección actoral, es probable que esta propuesta haya sido de mayor importancia para Juanjo Puigcorbé que para Aitana Sánchez Gijon (quien ya gozaba de cierta fama televisiva y algunas incursiones en el mundo del cine), ya que a él le significó el primer protagónico en cine y la posibilidad de cortar con el cordón que lo unía al mundo teatral, en el cual desplegó loablemente su talento, hasta que apareció Costa proponiéndole ponerse en la piel de Juan López.

En la versión en DVD, además de un cuidadoso archivo fotográfíco y las portadas de los diarios que cubrieron el hecho, se pueden ver algunas entrevistas realizadas a Pedro Costa, a parte del elenco y al mismo Rafael Moleón, quien cuenta desde donde se basó para contar la historia y algunos detalles claves acerca de la puesta en escena.

Una buena posibilidad para descubrir uno de los casos que más golpeó a la opinión pública española en los años setenta y que con la puesta de TVE en la década del noventa, reabrió el debate acerca de qué es lo que le sucede a una sociedad, cuando en el nombre del amor, algunos de sus miembros intentan justificar ciertos actos que más allá de presentar una mística romántica, dejan al descubierto lo más bajo de la condición humana.

EL CRIMEN DE PERPIGNAN. (1991, España) Dirección: Rafael Moleón, Elenco: Juanjo Puigcorbé, Aitana Sánchez-Gijón, Laura Cepeda. Guión: Carlos Pérez Merinero, Pedro Costa, Fotografía: Hans Burmann. Montaje: Nieves Martín, Música: Bernardo Bonezzi, Producción: Pedro Costa P.C, S.A. para TVE S.A.

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